Pero lo importante no
cambia; tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de
cualquier telaraña.
Detrás de cada línea de llegada,
hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay
otro desafío.
Mientras estés viva,
siéntete viva.
Si extrañas lo que hacías,
vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos
amarillas...
Sigue aunque todos esperen
que abandones.
No dejes que se oxide el
acero que hay en ti.
Haz que, en vez de lástima,
te tengan respeto.
Cuando por los años no
puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar,
camina.
Cuando no puedas caminar,
usa el bastón.
¡Pero nunca te detengas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario