lunes, 18 de enero de 2016

MARGARITA SALAS. BIÓLOGA MOLECULAR.

Margarita Salas decidió estudiar Ciencias Químicas y dedicar su existencia a la investigación científica cuando ninguna mujer en nuestro país se atrevía a hacerlo. Tres hombres confiaron en ella: su padre, que deseaba que llegara a la universidad; Severo Ochoa, que le dio una oportunidad en EE.UU.; y su marido, el también investigador Eladio Viñuela, que cambió su objeto de estudio para que nadie pensara en ella como la “mujer de”. Su inteligencia y las jornadas de 12 horas hicieron el resto y le han valido grandes éxitos. El último: ser la primera española que ingresa en la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU.

PREGUNTA. No se cansa de ser siempre la primera mujer que...
RESPUESTA. Lo importante sería que otras consiguiesen este tipo de reconocimientos. 
P. ¿La tomaron en serio cuando dijo que quería investigar?
R. No. En 1961 en España no se consideraba seriamente a la mujer científica. Se pensaba que lo hacía para pasar el rato o que no valía para ello. 
P. ¿Se sintió discriminada?
R. Aquí, sí, pero en Nueva York, cuando fui a trabajar con Severo Ochoa en el 64, no. Allí, si hacía un buen trabajo, se me reconocía. Fue la primera vez que me sentí persona desde el punto de vista científico. 
P. ¿Ha cambiado este panorama?
R. Sí. En este momento, el número de chicas que están haciendo la tesis doctoral en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa sobrepasa al de chicos. Y empiezan su carrera con el mismo ímpetu e interés que pueda tener un hombre y con la intención de quedarse. 
P. ¿Hay conciliación en su campo?
R. Las científicas tienen las mismas trabas que el resto de las mujeres: la sociedad no ayuda mucho a que la mujer pueda ser trabajadora y madre. Las responsabilidades no están distribuidas equitativamente. 
P. Pero usted ha sido madre, ¿cómo logró conciliar ambas facetas?
R. Porque fue una maternidad tardía. Me casé a los 24, pero no tuve a mi hija hasta los 37, cuando lo pude compaginar. 
P. ¿Es difícil investigar en España?
R. Los jóvenes y los investigadores de universidades pequeñas lo tienen difícil. Hay escaso presupuesto, pocos puestos de trabajo... En su caso, dedicarse a la investigación es casi una heroicidad. 
P. Tiene 68 años... ¿se jubilará?
R. Para mí, la palabra jubilación está maldita. No pienso hacerlo nunca. Moriré con la bata puesta... Y espero que no sea porque me muera pronto.


Margarita Salas. Bióloga molecular
Entrevista a Margarita Salas (bióloga molecular) a cargo de Silvia Fernández
Introducción por F. Javier González Martín, escritor. Autor de El fin del mito masculino








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