miércoles, 27 de enero de 2016

AMAYA ARZUAGA


Amaya Arzuaga es una de las diseñadoras españolas más reconocidas y premiadas dentro y fuera del país. Sus diseños han desfilado por las pasarelas de París, Milán, Londres o Nueva York. Su pasión por esta profesión la vivió en casa, ya que su madre tení a una empresa de costura y su abuela, un taller. A pesar de todos los galardones que ha recibido, entre ellos el de Diseñadora del Año a sus 26, y de que hasta la mismísima Naomi Campbell haya desfilado con sus modelos, dice que de lo que más orgullosa está en esta vida es de su hijo.



Pregunta.¿Con qué prenda definiría a la mujer española del siglo XXI?
Amaya. No la definiría con un único look, cada mujer por fin es lo que quiere ser. Múltiples looks, diseños... Cada mujer puede, por fin, tener su propia personalidad.
P. ¿El mundo de la moda es machista?
A. No, es de los pocos que no lo es. Sí es cierto que hay bastantes más diseñadores hombres que mujeres, pero, por ejemplo, las modelos están mucho más cotizadas, cobra muchísimo más una modelo mujer que un modelo hombre.
P ¿Y las diseñadoras?
A. Las diseñadoras no sé, ¡como yo me pago a mí misma, cobro poco! Pero hay absoluta igualdad y nunca he tenido ningún problema en ningún sitio por ser mujer en mi trabajo. Es verdad que en grandes empresas multinacionales es más difícil que las mujeres que tienen mucho talento lleguen, cuesta mucho más y los sueldos no están equiparados. Pero aquí no, las mujeres somos exactamente iguales que los hombres.
P. ¿Ven la moda de una manera distinta un diseñador y una diseñadora?
A. Sí, porque si eres hombre no te lo planteas e inconscientemente, si eres mujer, sabes los defectos de las mujeres por los tuyos propios. A la hora de diseñar te condiciona, y un diseñador eso no lo ve.
¿Hacia dónde evoluciona la moda?
¡Hacia la ruina! . En momentos difíciles lo primero que corta la gente es el lujo. El mundo de la moda está, cada día, en menos manos. Son grupos muy grandes y mantener la independencia y la financiación es complicado. Contra la globalización no se puede luchar, por desgracia.
P. ¿Se ha planteado formar parte de alguna gran cadena?
A. No. Alguna vez me han hecho alguna oferta. Ahora mismo no sé qué diría si me lo ofrecieran. Yo tengo ambición de triunfar, de reconocimiento, de vivir bien, pero nada más allá.

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